El rábano silvestre es una planta que crece de manera muy abundante en los campos de todo el mundo (excepto en la Antártica). Pertenecen a la familia de las Brasicáceas, la misma de la mostaza y la rúcula, por lo que muchas veces son confundidas, sin embargo tienen varias diferencias. Dentro de los rábanos silvestres están los de flor rosadas/moradas/blancas (Raphanus sativus) y los de flor amarilla (Raphanus raphanistrum). En muchos lugares estas dos especies se han mezclado por lo que es difícil diferenciarlas y se pueden encontrar flores de distintas tonalidades entre rosado, morado, lila, blanco y el amarillo.
En el lugar donde vivo crecen muy abundantes los rábanos de flor rosada. En el Invierno el pasaje se tiñó de sus tonalidades, junto con el amarillo y naranjo de los dedales de oro. Sus flores son comestibles al igual que sus hojas y raíces.
Las flores tienen un leve sabor picante que quedarían muy bien en un plato de ensalada. Las hojas es más conveniente comerlas tiernas, ya que las más viejas tienen un sabor más fuerte-amargo. Lo mismo para las raíces (el rábano). Si bien los rábanos silvestres tienden a formar un tubérculo más pequeño que los cultivados igualmente se pueden comer, siempre que estén tiernos (antes de que la planta florezca), porque después se ponen demasiado fibrosos.
Si vives en un lugar donde crecen los rábanos silvestres de manera abundante puedes recolectar algunas raíces, después sus flores y después sus vainas. Si son escasos te recomiendo no recolectar sus raíces para dejar que la planta florezca y atraiga polinizadores.
En general el rábano silvestre es una especie que se puede recolectar sin problemas ya que es considerada una maleza. Aún así hay que tener en cuenta siempre que recolectamos silvestre en una Recolección Sostenible y Respetuosa. En la próxima entrada del blog compartiré más sobre esto, mientras tanto puedes ir al enlace de esta gráfica que hice en @lavidaconsimpleza. Es importante además tener en cuenta el lugar donde estás recolectando, que no sea en un lugar demasiado transitado, donde pueda estar contaminado con los gases de los autos, ornas de perro, etc.
En fin, vamos a lo que vinimos. El encurtido de las vainas. Una vez que la planta florece y es polinizada empezará a producir sus frutos, que son las vainas. Cuando están tiernas es el momento ideal para recolectarlas! Incluso puedes ir probándolas frescas a medida que vas recolectando.
Encurtido de vainas de rábano silvestre
Ingredientes:
- 2 tazas de vainas de rábano silvestre
- 1½ taza vinagre de manzana
- 1/4 taza de agua filtrada o hervida
- 1 cucharada de sal de mar
- 1 cucharada de azúcar morena (opcional)
- Otros condimentos opcionales como semillas de hinojo, cilantro o mostaza. Hojas de laurel, cebollín o ciboulette, etc.
Materiales:
- 1 frasco de vidrio de 500 cc
- Olla pequeña
Preparación:
Lavar bien las vainas de rábano silvestre y ponerlas en un frasco de vidrio de 500cc previamente esterilizado.
En una olla calentar a fuego medio el vinagre con la sal (y el azúcar en caso de usarla) y los condimentos. Una vez que empiece a hervir retirar del fuego y dejar enfriar por al menos 1 hora.
Colar el líquido descartando los sólidos (al compost). Verter el líquido sobre las vainas hasta cubrirlas completamente hasta dejar 2cm de espacio. Tapar bien el frasco.
Si quieres almacenarlos por un largo período de tiempo (hasta un año) puedes sellarlo a baño María, dejándolo hervir en una olla con agua cubriéndolo completamente durante 20 minutos (desde que empieza a hervir). Luego apagar el fuego y dejar que el frasco se enfríe dentro de la olla. Etiquetar y almacenar en un lugar fresco y seco.
Si lo vas a consumir en el corto plazo como yo, no es necesario sellarlo a baño María, simplemente déjalos dentro del refrigerador.
Quedan deliciosos en una ensalada, sandwich o algún plato de comida que quieras aportarle un sabor picante y ácido a la vez. Una maravilla que nos regala la naturaleza silvestre! Anímense a probarlo!
Sofía